¿No tenéis bolígrafo?
¿No tenéis bolígrafo?
La otra mañana en la oficina, estaba enfrascado en la redacción de una
valoración de calidad en base a una escucha telefónica cuando una voz me sacó
de mi ensimismamiento.
¿Me podéis dejar un boli?
Un operario de mantenimiento estaba cambiando los fluorescentes fundidos de
la oficina, cuando trató de rellenar unos informes y vio que no tenía con qué
escribir. Se dirigió confiado hacia el rincón donde trabajo junto a algunos
operadores. Supuso que en una oficina “normal”, si algo tiene que sobrar, son
bolígrafos.
Una compañera sin llamada y yo saltamos casi al unísono:
No podemos. No nos dejan
¿No tenéis bolígrafo?
Y el tipo se quedó helado sin saber qué hacer ni qué decir. No puedo
rellenar el informe, esta gente no tiene bolígrafo… Ante lo que reflejaba su
cara, lo envié a instancias superiores a ver si alguien le podía proporcionar “el
artefacto”.
En mi trabajo, hay aspectos peculiares que hay que guardar y, en ocasiones,
el bolígrafo se convierte en un objeto de contrabando. Un día de estos cobrarán
por tenencia y uso.
De vez en cuando lo echo en falta (¿asistir a una reunión, ni que sea “mini”,
sin poder anotar nada?, ¿debo guardarlo todo en la memoria?) pero tampoco soy
un friki del portátil que va cargando con la ostra abierta a todas partes (¿es
necesario entrar al baño con el laptop…y abierto?).
Comentarios
Publicar un comentario