DE VEZ EN CUANDO UN OASIS
Gracias a un buen
uso de estrategias hábiles para usar la compensación de festivos es posible provocar
que de vez en cuando aparezca un oasis en pleno desierto, con sus promesas
verdes y jugosas. Una isla en medio del océano que permite avituallarse de todo
lo necesario para la supervivencia. Una desconexión necesaria que implica un respiro,
un alto para tomar aire y seguir hacia adelante. Un día libre en que meditar
para tratar de descifrar por qué nos aferramos como lo hacemos a las cuotas de felicidad
cotidiana, que no deja de ser un bien escaso.
Descubrirse
activo laboralmente y con una cierta estabilidad después de etapas de zozobra.
Que te guste más o menos tu trabajo ya es una senda que hay que recorrer por
pedregosa que sea.
Sentirse
cómodamente adaptado a la vida en pareja al lado de la persona con la que estás
encaminado a envejecer. Y los primeros atisbos de lo que viene, pinceladas
agudas que dificultan bastante acciones cotidianas como agacharse.
Pero el vergel
tiene que permitir hacer acopio de paciencia y sabiduría para seguir avanzando
y continuar cuerdo. La isla aporta agua fresca que limpia y refresca las
conexiones cerebrales que permiten el equilibrio.
Comentarios
Publicar un comentario