Mis emociones

Se me hace complicado estos días controlar las emociones, o mejor debería decir controlar la intensidad de las emociones, sobre todo las negativas. La irascibilidad se esconde detrás de cada negación o de cada pequeña frustración diaria sea por algún objeto que se cae, una respuesta adversa o un retraso inesperado. Noto que me enfurruño en seguida, que mi primera reacción es arrugar la nariz, cagarme en algo y pensar en negativo. Generalmente, trato de evitar la respuesta primera, la que sale de las vísceras, cuando es perjudicial porque precisamente estos días estamos todos especialmente sensibles y no quiero que cualquier conversación se convierta en un combate de reproches, pero cada vez me cuesta más. No hace mucho, pensaba, reprimía el primer impulso negativo-agresivo y continuaba con la labor pensando aquello de “no empecemos una batalla por una gota de lluvia”. Posteriormente pasé a verbalizarlo “en privado”, solo para mí, para poder soltar algo de tensión y no generar pele...