Personas vs rentabilidad

Por suerte o por desgracia vivimos en una sociedad donde la rentabilidad es básicamente lo importante, no parece haber nada más. Es el dios de nuestros días. En nombre de la rentabilidad se sacrifican diariamente espíritus, ideas, voluntades, capacidades, disensiones y personas. Ayer me encontré con una situación característica. En mi grupo de operadores telefónicos entró una chica nueva que comenzaba tras un periodo de formación -como siempre corto e insuficiente. Como inició su jornada media hora antes de que yo entrara, apenas pude saludarla. Le entregué cuatro datos sobre conexiones y horarios de descansos y me sumergí en mi vorágine diaria rodeado de papeles, consultes, informes y las urgencias cotidianas. En un momento determinado, la miré con la mano levantada, sufriendo al no recibir ayuda de la persona que se dedica a apoyarlos porque éste estaba ocupado con otros operadores. Me levanté para trata de ayudarla y se puso a llorar amargamente desbordada por la compleji...